
Somos como esta noche silenciosa de un verano tímido que se codea con la primavera. Frescos. Perfumados de césped húmedo. Cándidos como la brisa que atraviesa la ventana. Sedientos al borde de un estanque de agua de manantial.
Estamos en calma como cualquier noche silenciosa de verano. Compartimos la brisa y las dos plantas intermedias de esta casa. Compartimos árboles, aire y cama. Somos dos. Y habitamos esto, y nada más.